Laura y Sergio se casaron el 26 de octubre de 2019 en Vitoria. La ceremonia civil tuvo lugar en el Ayuntamiento de Vitoria, situado en la Plaza de España, y el banquete en Ventas de Armentia (Condado de Treviño). “Nos gustaba la idea de hacerlo en una finca, pero en Vitoria era complicado encontrar un sitio así porque no hay muchas opciones. Una amiga tenía una boda en septiembre en Oula y nos dio la idea. Fuimos a verlo y lo vimos claro”, cuenta la pareja.
“Se veía lo cuidado que tenían el jardín y que en la organización y en la comida contaban con la experiencia de Lola de Berantevilla, con gran tradición de bodas”, detallan. Para mí, lo mejor de contar con un espacio así fue que pudimos utilizar su exterior para conseguir imágenes espectaculares, tanto de los novios como junto a sus invitados.
Es un lugar lo suficientemente amplio para poder relajarse en un rincón y realizar la sesión de pareja tras la ceremonia, una manera de conseguir que los invitados no tengan que esperar durante largos tiempos.
La noche anterior al gran día, Sergio se alojó en el hotel NH Canciller Ayala de Vitoria, el mismo en el que después pasarían la noche de bodas juntos. A la mañana siguiente, me encontré con los novios en cada uno de los lugares donde habían dormido y donde se prepararon para acudir a la ceremonia. No perdí detalle, capturando con mi cámara cada momento especial junto a sus familiares y el proceso de vestirse para el momento más importante de sus vidas. Laura y Sergio tenían claro que querían inmortalizar los preparativos, ya que son una mezcla de nervios y felicidad, bonita de recordar en forma de imágenes.
La novia se enfundó en un diseño de Borgia. Me contó que le costó bastante encontrar el vestido, pero finalmente se decidió por un conjunto de body+falda con el que lucía perfecta. Combinó el diseño con unos zapatos de Salo Madrid, muy cómodos, de ante y en un color que hacía contraste con el look. Se colocó un tocado en forma de diadema de India Tiaras y Tocados. “Como soy de llevar el pelo suelto siempre, no me veía con nada, pero fue verme la diadema puesta y sentirme yo misma pero con ese ‘algo especial’.
A ello le sumó unos pendientes de Acus y el anillo de pedida de Rabat. También llevó una de las joyas más especiales, el anillo de pedida de su abuela, que no pudo acudir a la boda. Y el ramo era una bonita composición silvestre, obra de Beydol.
Del maquillaje se encargó la madre de Sergio, que tiene un centro de estética, M&J Belleza y Estilismo, y del peinado, Leyre Bas, que también peinó a su madre y a su hermana.
Por su lado, el novio, se decantó por un traje de Scalpers hecho a medida por Borja Martín, el director de la sastrería de Scalpers y una corbata de Carolina Herrera. ¡Una gran decisión!
“Queríamos una boda sencilla. Sergio inicialmente no quería organizar un bodorrio y aunque acabamos teniendo una boda en toda regla, quisimos preservar la idea de boda sencilla y pequeña. Yo soy una persona a la que le gusta tener todo organizado y bajo control, y tenía miedo de no dejarme llevar ese día y disfrutar. Al final lo conseguí 100%, mi madre dice que nunca me había visto tan sonriente, me abstraje de todo y fui muy feliz”, confiesa Laura.
Descubrir en cada detalle de la boda la personalidad de los novios es uno de los aspectos que más me gustan, ya que facilitan mi trabajo. La pareja siempre se sentirá más cómoda en una celebración adaptada a sus gustos y actuarán con naturalidad, que es lo ideal para inmortalizarlos.
En cada boda, me coloco como si fuera un invitado más. De esta manera, puedo fotografiarlo todo desde una perspectiva espontánea, sin condicionar los comportamientos con mi cámara y sin que los novios se sientan presionados.
También me gusta reflejar en fotografías el lugar y los detalles, porque también forman parte de la boda y es eso que los novios han estado preparando durante meses. La decoración floral corrió a cargo de Espacios Verdes, de la mano de Rossi Landazuri, que fue la wedding planner con la que contaron Laura y Sergio, y gracias a la que organizaron cada detalle a la perfección.
En la celebración, contrataron música en directo, de la mano de un saxofonista de Mr. Swing. “Fue un detallazo porque mi hermano tocaba el saxo de pequeño y le hizo ilusión. Además, tocaba genial y todo el mundo coincidió en que fue muy acertado como música ambiente durante el cóctel”, apunta la novia.
You are the reason, de Calum Scott, fue la canción del primer baile como matrimonio. La pareja cuenta que fue precioso preparar el baile: “Un mes antes no habíamos preparado nada, yo había dado por hecho que Sergio no quería bailar y resultó ser todo lo contrario. Descubrí que le gusta bailar, 9 años juntos y todavía ¡cosas por descubrir! Fueron momentos muy especiales, ensayando en nuestro mini salón de casa por las noches”.
Ahora que han pasado unos meses, recuerdan su gran día y sus mejores momentos. Sergio indica que, para él, el instante más especial tuvo lugar en la ceremonia. “Teníamos claro que nos casaríamos por lo civil, pero teníamos miedo de que al haber elegido una ceremonia civil en el Ayuntamiento, fuera sería y de libro. Sin embargo, tuvimos suerte porque cancelaron la boda que había después y dispusimos de más tiempo. De esa forma, pudieron decir unas palabras los dos testigos y la madre de Sergio”, detalla la pareja. En la comida también hubo momentos preciosos, como la canción que le preparó a Sergio su hermana Nuria, el brindis por su amiga Paula, los discursos que hicieron los novios, el reparto de los regalos…
Lo que opinan de mí: Elegiríamos a Lorena como fotógrafa una y mil veces más. Súper profesional pero, sobre todo cercana y súper buena persona. Un gustazo que nos acompañase el día de nuestra boda.